En sus inicios, la Red Mundial de Internet (World Wide Web) era un medio de comunicación de un sentido: la gente publicaba contenido y los demás lo leían. Sin embargo, con la llegada de lo que se conoce como Web 2.0, o la red en dos sentidos, todo ha cambiado. Internet se usa ahora para conversar y hacer conexiones sociales. En el epicentro de este movimiento se encuentran las REDES SOCIALES.
El análisis de redes sociales ha irrumpido en muchas ciencias sociales en los últimos veinte años como una nueva herramienta de análisis de realidad social.
La filosofía de estas “redes sociales” se basa en conectar a personas con sus conocidos, familiares y amigos, que a su vez conectan a esa misma “Red “ a personas de su entorno. Internet, sin embargo, ha eliminado algunas de esas barreras creando verdaderas redes sociales mundiales, especialmente en segmentos concretos de profesionales, artistas, etc.
Para formar parte de las redes sociales los usuarios deben registrarse, casi siempre de manera gratuita, y después rellenar una serie de formularios con sus datos personales, foto, aficiones, etc. Normalmente basta con crear un perfil básico, y a partir de ahí los miembros pueden aportar toda la información sobre sí mismos que deseen para aumentar las posibilidades de encontrar personas afines.
Una vez registrado, el usuario se centra en la tarea de ampliar su red social invitando a ‘amigos’. Para ello, estos sitios web ofrecen una serie de aplicaciones, búsquedas filtradas, mensajes, foros, comunidades, chats, etc. Algunos están claramente dirigidos, como encontrar pareja o compañeros de estudios , o compartir música y fotos. Otros dejan en manos de los usuarios el propósito para formar parte de las redes: hacer amigos, buscar socios o dinero para negocios, encontrar trabajo, comprar o vender, o lo que se les ocurra.
¿Y tú para que usas las redes sociales?
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