
Una decena de servicios buscan a quienes pueden tener la información más precisa.
Los robots no tienen todas las respuestas. Después de diez años de dominio de algoritmos como el de Google para encontrar la información, empiezan a surgir buscadores sociales donde son las personas y no las máquinas las que dan las respuestas. En los últimos meses han aparecido una decena de servicios que, apoyados en el factor humano, no localizan los datos en páginas web sino a aquellos que pueden tener la información más precisa. Hasta Google se está adentrando en terreno enemigo.
El ejemplo más reciente es español, aunque tiene vocación internacional. "Cada vez es más complicado encontrar las respuestas que buscas en Google", opina José María Pena, responsable de ChaXpert, un buscador semántico de expertos lanzado hace unos días. "Es una herramienta que, en vez de información, busca a la persona que puede darte una respuesta", explica.
El funcionamiento de estos buscadores es sencillo: si alguien quiere saber cómo preparar un plato japonés de pescado crudo puede escribir en Google "sushi receta fácil", o bien preguntar en estas web "¿cómo puedo hacer sushi?". Es la diferencia entre las máquinas y los humanos, ellas no entienden el lenguaje natural. En estos nuevos buscadores usan lo que se denomina tecnología semántica para que, al menos, comprendan la pregunta y sepan a quién buscar para que la responda.
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